En un nuevo giro de tensión dentro del oficialismo, el presidente Javier Milei volvió a arremeter contra su vicepresidenta, Victoria Villarruel, a quien acusó públicamente de «bruta traidora» durante un encendido discurso en el evento libertario «La Derecha Fest» realizado en Córdoba. La frase hizo alusión al respaldo de Villarruel a un proyecto aprobado en el Senado que implica una ampliación presupuestaria, medida que Milei considera contraria a su política de ajuste fiscal.

Sin embargo, apenas unas horas después, el propio gobierno nacional le cursó una invitación formal a Villarruel para acompañarlo en el acto que encabezará este sábado en La Rural. El gesto, contradictorio, expuso una vez más la tirante relación entre los dos máximos referentes del Ejecutivo.

Durante su intervención en el multitudinario acto libertario —organizado por La Derecha Diario en el hotel Quorum de la capital cordobesa y que reunió a más de 2.500 simpatizantes— Milei no escatimó en descalificaciones. Cuestionó duramente a Villarruel por haber acompañado una iniciativa que, según dijo, «rompe con el equilibrio de las cuentas públicas» y advirtió que el texto ya fue ingresado con la firma del Ejecutivo para ser vetado. “El veto ya entró, sale próximamente”, confirmó desde el escenario.

Con un tono de campaña exaltado, Milei prometió avanzar con un programa “reformista extremo” y se jactó de haber reducido la pobreza a “12 millones de personas”. Reafirmó su intención de hacer de la Argentina “el país más libre del mundo” y embistió nuevamente contra lo que considera “la casta política parasitaria”, apuntando sus críticas al Senado, al kirchnerismo y a la izquierda, en una narrativa de confrontación cultural permanente.

El festival libertario funcionó como plataforma de relanzamiento electoral y estuvo cargado de símbolos identitarios. Hubo discursos de figuras mediáticas afines, pastores evangélicos, y presencia de referentes internacionales como el español Javier Negre y el estadounidense Alex Bruesewitz. Se vendió merchandising, desde tazas y libros hasta zapatillas temáticas, en una escenografía diseñada para consolidar una estética libertaria de campaña.

En uno de los pasajes más emotivos de la jornada, Milei reivindicó el rol de su hermana Karina en el armado de La Libertad Avanza y pidió a sus seguidores “militar con entusiasmo” contra la dirigencia tradicional.

No obstante, el momento más tenso del evento fue el ataque verbal a Villarruel, que generó abucheos del público y dejó en evidencia una ruptura cada vez más difícil de disimular. La vicepresidenta, por su parte, respondió horas después asegurando que su actuación en el Senado fue «conforme a sus responsabilidades constitucionales» y acusó a Milei de actuar con «infantilismo» y de utilizar bienes del Estado de manera discrecional.

La disputa interna, que ya había tenido antecedentes por el escaso rol institucional que se le otorga a Villarruel y las diferencias en temas legislativos, parece ahora haber escalado a un conflicto abierto. Mientras tanto, el Ejecutivo intenta sostener una imagen de cohesión, incluso extendiendo invitaciones protocolares como la de este sábado en La Rural, a pesar del fuego cruzado entre sus dos principales figuras.

Afuera del recinto, las diferencias también se hicieron notar: un grupo de manifestantes protestó con pintadas callejeras en repudio al presidente, en una postal que reflejó la polarización que genera el oficialismo.

Con este acto, Milei lanzó oficialmente su campaña hacia las elecciones legislativas de octubre, reforzando alianzas con sectores conservadores, figuras mediáticas y núcleos militantes libertarios. Pero lo hizo en medio de un clima interno convulsionado, con una fórmula presidencial fracturada y una gestión que sigue apostando al shock discursivo como principal motor político.

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