Novedades del mundo del cine, la TV y el gaming, figuras de la industria de talla internacional, elaboradísimos cosplays, artistas del cómic y cientos de miles de fans de todas las edades convergieron este fin de semana en San Pablo durante la CCXP (Comic-Con Experience), la convención más importante de cultura pop a nivel mundial, que volvió a la presencialidad tras dos años de pausa obligada por la pandemia de coronavirus.
De impactantes dimensiones, el encuentro da cuenta de por qué se transformó en un claro rival para la clásica Comic-Con surgida en 1970 en la californiana San Diego, que aunque todavía conserva y ostenta el privilegio de ser el lugar donde los conglomerados y compañías de entretenimiento dan a conocer sus grandes noticias, ya se compara con la edición paulista, donde año a año crecen el número de visitantes, nombres de Hollywood e inversión de las marcas que participan.
Es que la CCXP disparó notablemente todas sus cifras y superó todas las expectativas a partir de su lanzamiento en 2014, y actualmente no tiene otra opción que desplegar todos sus stands, espacios y salas en el complejo Sao Paulo Expo, un espacio de 115.000 metros cuadrados que entre el pasado jueves y este domingo, al término del evento, recibirá en total a más de 300.000 asistentes.
Su capacidad de convocatoria se anticipaba el miércoles por la noche, cuando se llevó a cabo la «Spoiler Night»: una previa dedicada exclusivamente a la prensa, invitados especiales y ansiosos fanáticos dispuestos a pagar un costo extra por visitar el complejo justo antes de su apertura, para conocer de antemano la disposición de las decenas de espacios ya montados con sus respectivas experiencias y actividades.
Sin embargo, la notable asistencia durante la noche anterior no fue más que una pequeña muestra de lo que se vería en la primera jornada de la CCXP, que arrancó poco antes del mediodía con sus pasillos colmados por curiosos ávidos de ser parte de la reunión desde el inicio y sumergirse en la intensísima carga de estímulos -con luces, colores y música por doquier- que dan vida a la convención.
Dentro de todo ese por momentos abrumador escenario, destaca la enorme atracción que generan los actores y actrices de Hollywood que viajan a San Pablo para difundir los contenidos más importantes de los distintos estudios, y que atraen a innumerables seguidores y seguidoras con la promesa de tenerlos más cerca que nunca, en su propia tierra, e incluso con algunos de ellos poder concretar los «meet and greet» para saludarlos, sacarse la selfie correspondiente y llevarse un deseado autógrafo.
En ese sentido, la convención brasileña le hace justicia a su condición que la señala como la más grande del planeta con un desfile de figuras que poco tiene que envidiarle a encuentros de este tipo en EEUU, y que este año incluye a nombres propios de las más importantes casas productoras del circuito.
Al respecto, el panel de la casa del ratón Mickey fue el primero en abrir el juego para la locura del fanatismo y el cholulismo entre las y los asistentes a la CCXP, cuando el jueves por la tarde subió al escenario al chileno Pedro Pascal (por la tercera entrega de «The Mandalorian»), Zoe Saldaña (por «Avatar: El camino del agua» y «Guardianes de la Galaxia 3») y al trío conformado por Paul Rudd, Evangeline Lilly y Jonathan Majors de cara al gran lanzamiento del Universo Cinematográfico de Marvel, «Ant-Man and the Wasp: Quantumania».