La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) atraviesa uno de sus momentos más tensos desde su creación, envuelta en denuncias por irregularidades administrativas, nepotismo y malestar entre el personal. La crisis interna abre interrogantes sobre su fiabilidad en causas judiciales sensibles donde la fuerza cumple un papel clave.

Fuentes vinculadas al organismo señalan que la gestión de Alfredo Hernán Gallardo enfrenta cuestionamientos por designaciones arbitrarias, ascensos sin justificación técnica y un manejo discrecional de áreas estratégicas. Estas decisiones habrían deteriorado el clima institucional y afectado la moral dentro de la fuerza.

De acuerdo con versiones internas, este escenario ya estaría repercutiendo en la operatividad de la PSA y en su desempeño dentro de investigaciones federales donde actúa como soporte técnico o ejecutor de diligencias judiciales. Una de esas causas involucra a empresas del sistema de fotomultas en la provincia de Buenos Aires, un expediente con múltiples derivaciones políticas y económicas.

En paralelo, el Ministerio de Seguridad de la Nación monitorea de cerca la situación. Las autoridades buscan contener los conflictos y evaluar si los problemas de gestión pueden comprometer el desarrollo de investigaciones en curso.

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